Talleres y proceso de creación en el territorio Nasa
Todo cupo, bien apretadito, en la camioneta de Don Ernesto, el señor que reparte revueltos a las tiendas de la montaña. Y desde Cali, pasando por Toez, nuestras maletas llegaron juntitas en la casita azul de Dona Rosa Alba, en el barrio del Acio, vereda la Betulia, Resguardo de san Francisco, Municipio de Toribio. Norte del Cauca.
Era final de Agosto. Y veníamos a vivir acá para tres meses. Un proyecto de pasantía con el Ministerio de Cultura nos había traído allí. Sin embargo, las razones profundas no faltaban; nos habían brotado del pecho, durante los distintos recorridos que habíamos hecho por el territorio Nasa. Habían germinado en las ollas, asambleas, tulpas comunitarias, madurando al olor de la Tierra y al calor de las luchas. Era un latido de corazón, una intuición, todavía. Allá teníamos que ir, con tiempo.
Acá venimos a aprender: una certeza que resonaba entre las paredes de la casa vacía. El Ministerio nos apoyaba para enseñar; nosotros sentíamos que no veníamos a enseñar solamente. Las montañas nos miraban de sus altos, confirmando lo sospechado. Acá, venimos a aprender.
Y es así que llegamos a Toribio. Durante tres meses intentamos aportar a los procesos comunitarios desde nuestras herramientas -el teatro, los títeres-, para contar lo que se vive, reconocer y re-significar la cultura, crear juntos. Este proceso se desarrolló en cuatro procesos distintos: uno de creación colectiva con el grupo teatral del municipio Ksxaw Üus lo cual fue la semilla de una posterior creación (ver Tulpa TV), otro de creación de títeres gigantes para la Comparsa del Colegio Eduardo Santos (ver Comparsa), otro de teatro del oprimido con estudiantes del Colegio Eduardo Santos (ver TO cecidic), y otro de teatro del oprimido con un grupo de la Escuela de jóvenes y adultos de Bodega Alta (ver Bodega alta).
Y es así que nos quedamos en Toribio.